Jardín de infancia

martes, 19 de julio de 2011

Primer encuentro

Este pequeño relato lleva en borrador mes y medio pero no sabía cómo introducirlo y no lo publiqué. Sigo sin saber cómo presentarlo, pero creo que simplemente lo publicaré y ya está o acabará como otras tantas entradas en borrador eterno. Se entiende bastante bien por sí mismo, espero que os guste.

A ojos de la pequeña Himawari, aquel laboratorio era enorme. Allí siempre había cables por el suelo, matraces y probetas con sustancias de aspecto extraño, placas de petri con cultivos semiolvidados y demás cachivaches repartidos por las cuatro mesas enfrentadas cuya altura era sólo ligeramente inferior a la de la niña, y no llegaba a asomar la cabeza por encima más allá de la nariz. Pero eso hacía tiempo que ya no le preocupaba, su atención ya no se la llevaban aquellos recipientes de cristal. Tampoco la campana de extracción, que siempre tenía algo humeante o destelleante. Ni siquiera el microscopio de aspecto futurista de la mesa pricipal.

No, ya no. Unos días atrás, Hanatarô había pasado encerrado largas horas en aquel laboratorio, y nuevo material había bajado y no había vuelto a subir. Todos andaban intrigados de una u otra manera. La mayoría sabía casi seguro qué estaba pasando, pero Himawari, al ser la más pequeña, lo contemplaba todo con ojos curiosos, deseosa de poder colarse a investigar.

Por fin, Hanatarô salió, cogiendo el coche y marchándose de la casa. Todos sabían que tardaría en volver, y Himawari vio su oportunidad para entrar a echar un vistazo. Nadie se lo impidió, sabían que la niña no causaría ningún destrozo, y tampoco es que se preocuparan de mantener la privacidad de aquel lugar.

Bajó las escaleras con cuidado, ya en una ocasión se había resbalado con quién sabe qué cosa. El escáner de seguridad no le supuso ningún problema, seguía tan anticuado como siempre. Tôya más de una vez insinuó que en el fondo lo más seguro es que a Hanatarô le daba igual que entraran o no, mientras fueran capaces de no dejar rastro. Era como una de tantas pruebas que tanto le gustaba a aquel loco hacerles.

Empujó la primera puerta y dejó que se cerrara sola. La siguiente se abrió sola con un zumbido irritante. ¿Cuándo se decidiría a cambiarla? O al menos a arreglarla de una vez. Al acabar de abrirse, los ojos de Himawari, dilatados por la oscuridad, le dolieron ante el inusual resplandor verde que inundaba la sala. Las mesas del fondo habían sido desplazadas hacia las paredes laterales, y en el centro había ahora un cilindro vertical, ancho, de un metro de diámetro, con una base que parecía suministrar aire y calor a aquella sustancia de dentro que no estaba muy claro si era verde, o lo parecía por la luz que salía de los tres focos del fondo. En esa base además había una terminal que parecía marcar unas constantes vitales con un pitido regular.

Al fijarse mejor, Himawari vio que en el centro, suspendido gracias a la corriente de aire y con un cable unido a su parte superior, se veía un huevo de un tamaño algo menor que su propia cabeza. En la superficie, un código y el nombre "Ave del Paraíso".

lunes, 11 de julio de 2011

Un rincón de mi jardín

Hoy acaba finalmente un manga que he seguido desde el mismo día en que salió: Kobato. Sus personajes, especialmente la protagonista, me engancharon desde un principio, pese a que nunca he aguantado las niñas "moe". La protagonista me parece alguien llena de inocencia y un gran espíritu de superación, equilibrada con una situación difícil donde brilla bajo la presión de un mundo que parece quedarle grande. Por desgracia, ha quedado como un diamante en bruto, pues la serie ha sido maltratada de varias maneras, incluido un parón de más de un año, y el anuncio del final ha sido precipitado, dicen que por sus relativamente bajas ventas. Aún no sé si acabará bien o por el contrario voy a odiar el final, como me estoy temiendo, pero pase lo que pase, mi proyecto de enresinar a Kobato seguirá adelante. En mi historia, ella es la dueña del "Summer Kindergarden", guardería a la que asisten Tanpopo y Himawari. Por eso he elegido hoy 10 de julio (al menos cuando empecé a escribir esto) para, por fin, retomar este blog y hablar un poco de mis jardines.

Por una parte tengo el Proyecto Jardín del Edén, del que salen seis personajes (si no aumentan solos, como hacen últimamente). Todos están bautizados con nombres de flores en japonés, y probablemente os suene alguno que otro ya que el 99% han aparecido en mangas de CLAMP. De mayor a menor según edades, son Hanatarô, Nadeshiko, Tôya, Sakura, Himawari y Tanpopo. Hanatarô podría acabar llamándose Fujitaka si confirmo que es también nombre de flor (glicina, me parece), pero como el personaje es algo cruel me da cosa utilizarlo. La estupidez del nombre Hanatarô (Hana es lo más común para niña, Tarô es el equivalente masculino, y combinados es de tener unos padres mal de la olla, según tengo entendido xD) me gusta para ser una de las gotas que lo hacen un resentido y vengativo ser sin escrúpulos. Quizás Fujitaka se quede como un dulce abuelito de la "familia" que forman estos seis, o el ordenador central del laboratorio de Hanatarô.

Unidos al Edén están los amigos y conocidos de cada uno de los 6 miembros, quedando unido el Jardín del Edén al jardín de infancia de Kobato a través de los niños, Hima y Popo, y de la amistad entre Sakura y Kobato. Sakura a su vez quiere ser diseñadora (no sé en qué momento mi cabeza decidió crear una Sakura con alma de Tomoyo, pero mejor este 2 en 1, un trozo de resina menos (no me lo creo ni yo UxD)), y gracias a Kobato está logrando extender su interés a la moda infantil. Para modelar, además, Sakura llega un momento en el que conoce y casi que secuestra a /Zero, el popular cosplayer de internet. Más adelante incorporará a sus modelos a Yuki(to), otro cosplayer pero a nivel profesional (y crossdresser por el placer del trolling) que me ronda la cabeza, quien gustará de tocarle las narices a Tôya todo lo que pueda. Nadeshiko por su parte no es que salga mucho de casa, ya veremos si le busco alguna amistad o no. Y Hanatarô de algún sitio tuvo que sacar el ADN base de Nadeshiko, como mínimo necesitaré crearle ese vínculo.

Y ya por último, quizás algún día me curre un vínculo entre este mundo y mis dos generaciones de viajeros del tiempo. Me seduce la idea de hacerlo a través de un chat del estilo Durarara!!, con imágenes de usuario y nicks que te guíen sobre quiénes son, pero sin conocer realmente quién hay tras la pantalla.

Bueno, ya paro por hoy, a ver si esta vez no es una pausa de siete meses ^^U