Una animada canción de algún opening salia de los altavoces del  ordenador. Shigeru tarareaba levemente su parte favorita mientras se  retocaba meticulosamente los ojos. Siempre creyó que una buena foto  dependía en gran medida de una buena mirada, por lo que era muy  cuidadoso a la hora de retocar sus ojos. 
A pesar de que el  PhotoShop le falicitaba mucho la vida si algo salía mal, él era un poco  de la "vieja escuela" y prefería que las fotos fueran prácticamente  impecables sin pasar por el PS. No es que tuviera nada en contra, era  más bien pereza. La luz o el encuadre se corrigen fácilmente, pero no  algo pequeño como los ojos. Agrandar, colorear, blanquear, añadir  pestañas... simplemente no era para él. Y tampoco parecía que le hiciera  falta, al fin y al cabo su éxito era bien patente en la red.
El  reproductor saltó a la siguiente canción, más calmada. El ending que  acompañaba al opening anterior. Parpadeó un par de veces, asegurándose  de que no se le pegaba la máscara. El siguiente paso era ocultar su pelo  bajo una rejilla para colocarse una peluca, pelirroja esta vez. No era  algo difícil, ya que llevaba el pelo más bien corto precisamente para  simplificar las cosas con las pelucas, le ahorraba muchas horquillas y  calor. Ajustó el flequillo con la mano, y, satisfecho, cogió el  disparador automático de la cámara.
Poco imaginaba que aquella sería su última sesión tranquila.
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