Jardín de infancia

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Costura que nunca llega

Este verano mi habitación fue reformada. Tocó pintar y por fin nos pusieron los muebles nuevos a mi hermana y a mí. Con los colores nuevos, la cortina-estore(o como se escriba) antigua no pegaba, así que salimos a buscar telas por Sevilla.

Hay una tienda de telas que hacía tiempo que yo quería visitar, pero siempre estaba cerrada cuando yo pasaba. Pero resultó estar abierta aquel día, y la recorrimos entera. Justo cuando íbamos a bajar para irnos, vi un retal bastante grande, bien de precio, y que nos gustó a todos para lo que queríamos. El caso es que mientras esperábamos para pagar, vi un rincón con telas de estampados pequeños, y me acerqué a curiosear. ¡Cuál no sería mi sorpresa al ver que tenían algodones japoneses! Me encanta la calidad del teñido-estampado japonés, son siempre colores vivos pero no dañinos a la vista, y quedan genial para los peques.

Aquel día no me llevé nada, pero poco después volví con mi novio con la intención de llevarme un par de trozos. Me decidí por estas telas tan alegres, la roja tiene un tono precioso y la azul tiene los detalles en dorado brillante, es genial. ¡Pero aun no he decidido qué hacer con ellas!



Sé que de la roja quiero sacar un vestido para Himawari, el tono le sienta muy bien. Pero quiero un diseño elaborado, con dos o tres capas de falda, una blusa debajo tal vez... ya veré. Lo malo es que soy una gafe, y si se me arregla algo, se me fastidia otra cosa, o en castellano, me he quedado sin máquina de coser OTL Últimamente he roto como 6 agujas o más, a veces 2 en un mismo día. Ya he perdido la cuenta. ¿Alguien sabe qué puedo estar haciendo mal?

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